CENTRO DE IVESTIGACIÓN BIOMARINA EN S.V.B.

La idea directora del proyecto propuesto deriva directamente de las propiedades y características del sitio en el que se ubica y de su entorno, en primer lugar, y a pesar del urbanismo depredador y poco respetuoso con la calidad medioambiental y paisajística del lugar, aún se sigue pudiendo apreciar ese nexo tan fuerte y directo que tiene el pueblo de San Vicente de la Barquera con la naturaleza propia de la región cantábrica a la que pertenece, lo cual, aún hace muy protagonista la parcelación rural agraria en las trazas urbanísticas y en la materialización de la misma.


Por otro lado el pueblo original se sitúa en el terreno que controla ambas rías y su zona inmediata de crecimiento ha sido la ladera opuesta a de una de las rías con orientación sur, esta ladera se ha colonizado con infraestructuras portuarias y marítimas que por razones de dimensiones ya no podían ser albergadas en la zona del casco antiguo del pueblo, y por diversas tipologías de viviendas en bloque y unifamiliares que no guardan ninguna relación con la tipología y la morfología del suelo urbano original, a parte de esto, en esta zona también se encuentran una ermita que en su origen era destino de romerías para el pueblo, un campo deportivo, y el faro.



Por esta razón se pretende no sólo resolver el programa que demanda un centro de investigación biomarina sino ofrecer al conjunto del pueblo una zona verde de esparcimiento a disposición de la población de San Vicente de la Barquera, que respete y potencie sus vínculos con su entorno natural, alojando el programa anteriormente citado en el interior de una operación con la orografía y la vegetación del terreno, buscando además la menor contaminación de la calidad paisajística.



Así pues el proyecto se plantea como un juego volumétrico con las piezas en las que se aloja el proyecto y la orografía del terreno que una vez resuelto se cubre con una piel vegetal, como si de un gran tapiz uniforme se tratase, esta piel vegetal ayuda a integrar la propuesta en el entorno y en la unidad paisajística de la que forma parte, convirtiéndose no solo en un nexo con el medio natural que rodea y tan presente esta en San Vicente de maneras más o menos sutiles, sino que además termina por producir un espacio de dimensiones y carácter urbano que sirve como zona verde para el sector urbano en el que se ubica que actualmente carece por completo de este tipo de espacios, algo por otra parte demandado por los habitantes de San Vicente ya que necesitaban un espacio de esparcimiento cercano a la ermita de pescadores a la que tienen tradición de hacer visita en "romería".



Teniendo definida la piel que va a relacionar la propuesta con el entorno había que definir la segunda variable de la conexión de la propuesta, más concretamente del interior y del espacio en el que se aloja el programa, con ese entorno tanto a nivel de accesos, a nivel lumínico, a nivel de vistas, practicabilidad, etc. para lo cual se propone una piel ligera y llena de transparencias que se muestra ordenada por una serie de carpinterías de madera de haya que en ocasiones son practicables y en cuyo interior se encuentra un filtro lumínico a modo de persiana veneciana también de madera de haya (de fácil acceso en la zona), y por la estructura vertical del proyecto que soportan la estructura horizontal y esta especie de muro cortina, y que termina por definirse como perfiles de acero que se colocan siguiendo una sencilla modulación.


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